Conocemos como Enfermedades Cardiovasculares aquellas que afectan el corazón y a los vasos sanguíneos, es decir, al sistema cardiovascular.
Las enfermedades cardiovasculares pueden tener un origen congénito, cuando la persona nace con la enfermedad, o adquirido durante el transcurso de su vida, usualmente en consecuencia de hábitos no saludables.
Algunas de las enfermedades que comprenden son el ataque al corazón, enfermedad coronaria, hipertensión, arritmias y fallo cardiaco, entre otras, pero, sobre todas ellas, la aterosclerosis a nivel del corazón y de los vasos sanguíneos.
Factores de riesgo
Los factores de riesgo de la aterosclerosis y de las enfermedades cardiovasculares han sido ampliamente estudiados y en base a los resultados de diferentes estudios, p.e. el “Framingham Study”, se han podido identificar tres factores de riesgo principales para un ataque al corazón prematuro: 1) colesterol elevado, 2) presión arterial alta y 3) tabaquismo.
Otros factores de riesgo de menor impacto son: sedentarismo, obesidad, triglicéridos elevados, diabetes y estrés no controlado. Todos ellos son factores de riesgo controlables.
Además, existen factores que no pueden ser controlados como la herencia genética o la edad.
En el ámbito laboral, vamos a centrarnos en aquellos factores que son controlables, aquellos sobre los que podemos actuar, p.e. desde los comedores de empresa, las máquinas de vending instaladas, las acciones formativas o las actividades lúdico-deportivas ofertadas desde la empresa.
Hoy vamos a daros unas pautas sencillas que esperamos que os ayuden a adoptar medidas adecuadas para intentar controlarlos y disminuir su incidencia en vuestros trabajadores
Colesterol elevado
Cuando los valores de colesterol y especialmente de LDL (colesterol malo) en la sangre están por encima de los valores aceptables, existe mayor riesgo de que el colesterol se deposite en las paredes de las arterias. Si estos valores elevados se mantienen de forma persistente, ocurre daño a nivel de la pared arterial. Este es uno de los mecanismos en los que se fomenta el desarrollo de aterosclerosis.
El cuerpo humano necesita colesterol para la formación de las membranas celulares y la producción de hormonas. Sus fuentes de colesterol son dos: el que se produce en el hígado y el que proviene de los alimentos. Cuando la dieta es alta el colesterol, el hígado disminuye la producción de este tipo de grasa. Sin embargo, cuando el consumo de colesterol a través de la comida es excesivo, los niveles de colesterol en sangre pueden aumentar a niveles peligrosos. Afortunadamente y debido a este mecanismo regulatorio, el colesterol en sangre puede reducirse a través de modificaciones en los hábitos alimenticios.
Es importante saber que el colesterol de ingerido a través de la comida se encuentra únicamente en alimentos de origen animal. Por lo que una persona con problemas de colesterol elevado debe disminuir su consumo de alimentos de origen animal u optar por aquellos bajos en colesterol y grasas saturadas (sólidas a temperatura ambiente). Estas últimas también aumentan los niveles de colesterol y del LDL (colesterol malo), se encuentran tanto en alimentos de origen animal como vegetal.
Hipertensión arterial
La hipertensión se define como un aumento de la presión sanguínea en las arterias. El valor normal de la presión no debe ser mayor de 120/80.
La hipertensión puede conducir a aterosclerosis, ataque cardiaco prematuro, fallo cardiaco, infartos y fallo renal. De hecho, la hipertensión es el factor de riesgo principal del infarto y uno de los tres principales de ataque al corazón. La hipertensión no controlada puede además afectar la capacidad de pensar, recordar y aprender. Algunos de sus síntomas son dolor de cabeza, mareos y sangrados nasales
El tratamiento de la hipertensión arterial con frecuencia debe llevarse a cabo durante el resto de la vida de la persona. Debido a que la obesidad y el consumo elevado de sodio tienden a empeorarla, el tratamiento de la hipertensión comienza con la reducción de peso y la disminución del consumo de sal. En algunas personas estas dos estrategias suelen ser suficientes para su control. Sin embargo, existen quienes requieren de medicamentos para el control de su presión arterial. Aún en estos casos, es fundamental que la persona tenga un estilo de vida saludable que incluya un peso saludable, dieta baja en sodio, niveles normales de colesterol, plan regular de actividad física moderada y no fumar.
Tabaquismo
Tanto los fumadores activos y los pasivos, inhalan el dióxido de carbono encontrado en el humo del cigarro. Esta sustancia reemplaza una parte del oxígeno que debería ser transportado a través de la sangre.
En consecuencia:
- Las arterias coronarias reciben menos oxígeno del que necesitan.
- La nicotina ejerce un daño directo sobre el corazón y los vasos sanguíneos.
- Aumenta el riesgo de la formación de coágulos de sangre.
- Acelera la aterosclerosis de las arterias coronarias (las que irrigan el corazón).
- Los fumadores tienden a tener niveles bajos de HDL (colesterol bueno), que favorecen la aparición de arterosclerosis.
PREVENCIÓN
La primera acción a llevar a cabo desde la empresa debe ser la puesta en valor de la importancia de realizar cambios en el estilo de vida de los trabajadores.
La formación e información a los trabajadores en la importancia de adoptar un estilo de vida más saludable puede contribuir significativamente a disminuir el desarrollo o el empeoramiento de una condición cardiovascular.
Sin embargo, no debemos olvidar las acciones que se pueden llevar a cabo de forma interna en la empresa, p.e. actuando sobre los alimentos ofertados a los trabajadores, la distribución de las tareas a realizar y la organización del trabajo, de forma que fomentemos la actividad física, etc.
Las tres estrategias principales deben estar dirigidas al control de la presión arterial, alcanzar niveles saludables de colesterol y dejar de fumar.
También es fundamental que la persona tenga una dieta saludable para el corazón, mantenga un peso adecuado, tenga un plan regular de ejercicios y aprenda a controlar el estrés.
A continuación se describen varias recomendaciones para la prevención de enfermedades cardiovasculares:
Alimentación equilibrada
Para la consecución de una dieta equilibrada, los alimentos de origen vegetal deben ser la base de los alimentos ofertados a los trabajadores, tanto en las máquinas de vending como en los comedores de empresa, reduciéndose la oferta y el consumo de origen animal, un ejemplo de ello es la dieta mediterránea, originaria de países como España, el sur de Francia, Italia, Grecia y Malta, y que se ha impuesto como patrón dietético en todo el mundo.
Una mayor adherencia a la dieta Mediterránea reduce de forma importante el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares o mortalidad por enfermedad cardiovascular.
Una alimentación diaria equilibrada parte de la base de la realización de ejercicio diario y un control del peso corporal. Sigue con una amplia base de fruta, verduras, alimentos de grano entero (contienen fibra, vitaminas y minerales) y aceites vegetales no refinados. Todo ello complementado con pescado, especialmente el pescado azul, e hidratos de carbono complejos (cereales integrales, arroz integral, patatas, legumbres). Alimentos como los lácteos, carne, huevos, pan y pasta han de ser ingeridos de forma eventual. Otros, como el azúcar o los alimentos procesados industrialmente y las grasas saturadas, deben ser evitados.
Actividad física moderada
Las personas que realizan ejercicio de forma moderada y regularmente poseen una mejor salud cardiovascular.
El ejercicio, además de ayudar al control del peso, contribuye a disminuir los niveles de colesterol y de presión arterial, también promueve una mejor circulación y la formación de vasos sanguíneos nuevos.
Para que la actividad física moderada sea beneficiosa, debe realizarse un mínimo de 30 minutos diarios, aunque idealmente deben ser 60.
Debido a esto, es recomendable diseñar las actividades laborales y coordinar las entradas y salidas al trabajo con el transporte público existente en la zona, de forma que se prescinda de los vehículos particulares y se acuda al trabajo andando, instalar aparca-bicicletas en los aparcamientos de las empresas, organizar las tareas de forma que se evite el sedentarismo y fomentar el uso de las escaleras en lugar de los ascensores, etc.
Control del peso corporal
El control del peso corporal es fundamental para la salud cardiovascular, ya que su exceso está asociado a mayor presión en el corazón, niveles elevados de colesterol, hipertensión y diabetes.
Una alimentación equilibrada y la práctica de actividad física moderada deben ser las actuaciones que posibiliten que nuestros trabajadores sean capaces de controlar su peso corporal.
No fumar
Dejar de fumar es la mejor forma de detener el progreso de la aterosclerosis y reducir el riesgo de complicaciones cardiovasculares.
Desde el Sº de PRL de Empresa o desde el SPA se deben fomentar los programas anti-tabaquismo y se puede informar a los trabajadores acerca de aquellos organismos e instituciones públicas que pueden ayudarles en el empeño, apoyarles e, incluso, acompañarles.
Control del colesterol en sangre
Mediante de una alimentación adecuada y la práctica de actividad física moderada es posible disminuir los niveles del colesterol total y los del LDL (colesterol malo). Además, es posible además que aumenten los del HDL (colesterol bueno).
Control del estrés
La manera en la que algunas personas responden al estrés puede aumentar su predisposición a un ataque cardiaco.
Desde las empresas, debemos prestar especial atención a aquellos factores o condiciones propias del trabajo que pueden resultar estresantes para los trabajadores, p.e. organización, comunicación, carga física y mental, satisfacción, conciliación, etc. La evaluación psicosocial nos proporcionará buenas pistas para actuar en éste campo.
Consumo moderado o limitado de alcohol
El alcohol puede ser beneficioso o dañino según la enfermedad cardiovascular que se padezca.
Un consumo moderado (una bebida al día en mujeres y dos en hombres) puede ayudar a aumentar los niveles del HDL, disminuir los del colesterol y proteger contra ataques cardiacos. Sin embargo, en el caso de personas con hipertensión y con triglicéridos elevados, es recomendable evitarlo.
Vigilancia de la Salud
Las actividades de Vigilancia de la Salud realizadas en las empresas son una excelente forma de conocer el riesgo de los trabajadores de padecer una enfermedad cardiovascular, especialmente en trabajadores que tienen una historia familiar de enfermedades cardiovasculares.
Es importante recordar que algunas de estas enfermedades no producen síntomas en sus etapas iniciales, por lo que su detección temprana evita su progreso y el desarrollo de complicaciones asociadas.
Control de la diabetes
La diabetes aumenta significativamente el riesgo de ataque al corazón. El control de la glucosa en sangre, así como el de la presión arterial, el peso corporal y del colesterol, contribuye a disminuir dicho riesgo.
NOTA IMPORTANTE: El tratamiento de cualquier enfermedad cardiovascular debe ser recetado y supervisado por un médico especialista. Es recomendable además consultar con un nutricionista.