Archivos por categoría: Descanso

Consejos para dormir mejor

Masaje Con la edad, el sueño va cambiando, de forma progresiva. Se vuelve más ligero, algo más corto, con despertares nocturnos más frecuentes y con mayor tiempo transcurrido en la cama antes de conciliarlo.

Puede ser que estos cambios se deban a nuestro propio desarrollo biológico y no a ninguna alteración de nuestra salud.

Debido a esto,  nunca debemos auto medicarnos, hay que los medicamentos utilizados para el insomnio pueden ser muy peligrosos si se utilizan de un modo incorrecto, p.e. junto con el consumo de alcohol y/o en dosis incorrectas.

En un primer momento, lo más adecuado es consultar a con el médico para que valore las posibles causas y, si es necesario, nos sugiera un tratamiento o nos remita a un especialista.

Sin embargo, hay ciertas acciones que podemos llevar a cabo por nuestra cuenta, de forma inocua y totalmente segura y que no nos van a suponer ningún esfuerzo económico, ya que únicamente van a depender de la adopción de una serie de hábitos de vida saludables, y que nos van a reportar una inmediata mejora en la calidad de nuestro sueño.

Estos son los Hábitos de Vida saludables que os trasladamos:

  1. YogaMantened horarios regulares, con horas fijas para acostarse, apagar la luz y para levantarse. Establecer un número de horas constantes para permanecer en la cama.
  2. Evitad hacer una siesta prolongada, y si la hacéis, que no dure más de 30 minutos.
  3. Si vais a practicar alguna actividad deportiva, hacedlo como muy tarde dos horas antes de ir a dormir.
  4. Usad el dormitorio exclusivamente para dormir. No lo uséis para actividades lúdicas, p.e. comer, ver la televisión o escuchar la radio.
  5. Si después de 30 minutos no conseguís conciliar el sueño practicad alguna actividad relajante, p.e. leer una novela sencilla, escuchar música suave o ver un programa de televisión, en otra habitación. No permanezcáis en la cama preocupados, nerviosos o dando vueltas intentando dormiros.
  6. Procurad que el dormitorio sea confortable y que en la habitación no haga ni frío ni calor. Mantened la habitación a oscuras y procurad que no haya ruido.
  7. Si dormís con otra persona y ésta ronca, puede ser conveniente que duerma unos días en otra habitación, hasta que hayáis normalizado el sueño. Aunque podéis usar tapones para los oídos.
  8. Puede ser útil tomar un baño o una ducha con agua caliente, beber un vaso con leche templada o una infusión caliente, justo antes de acostarse.
  9. Utilizad ropa cómoda para dormir.
  10. No cenéis en exceso ni os acostéis inmediatamente después de haber cenado.
  11. Evitad beber, desde media tarde, bebidas estimulantes como el café, té o bebidas con cola, y evitad el consumo de alcohol.
  12. Disminuid o evitad el consumo de tabaco antes de iros a la cama.
  13. Si os levantáis muchas veces a orinar durante la noche, disminuid la cantidad de líquidos consumidos antes de acostaros.
  14. Intentad resolver los problemas que os preocupen antes de acostaros.
  15. No realicéis un esfuerzo intelectual intenso antes de irse a la cama.
  16. Podéis practicar alguna técnica de relajación con ejercicios de respiración profunda y relajación de los músculos.
  17. Levantaros siempre a una hora fija, aunque hayáis dormido pocas horas, así conseguiréis establecer un ciclo sueño-vigilia.
  18. Si os estáis medicando, preguntad al médico si alguna de las medicinas que estáis tomando, podría estar contribuyendo a manteneros despiertos.

 

DORMIR BIEN, LEVANTARSE MEJOR

Todos dormimos, todos los días, pero no todos “dormimos bien”, dormir bien es dormir de forma adecuada y eso no siempre es posible porque cada día es diferente y la forma en la que vivimos los acontecimientos diarios que nos afectan tiene una gran importancia a la hora de dormir, es decir, no dormimos igual en épocas de mayor presión y carga de trabajo, o en situaciones familiares y/o laborales complicadas, después de haber practicado una actividad física intensa o después de haber cenado copiosamente.
Pero hay otros factores que nos influyen, como son las características de la cama en la que descansamos, las condiciones ambientales de la habitación, la postura que adoptamos para dormir e, incluso, las horas que pasamos durmiendo. Sigue leyendo